Toda la información y como llegar a estos lugares, si lo deseas, te la daremos en la casa.
Es en Campo de Criptana donde el viajero encuentra un conjunto de diez molinos, de entre los cuales tres de ellos se remontan al siglo XVI, y por lo tanto bien pudieron ser los mismos que el ojo de Cervantes y, por tanto, su Quijote, pudieron ver realmente.
Los molinos de Campo de Criptana se encuentran
repartidos por la ladera y la cuna de una colina y están considerados Bien de
Interés Cultural. Y en 1575 las Relaciones Topográfica
de Felipe II señalaban que en Campo de Criptana había muchos molinos, y, por lo
que sabemos, el Marqués de la Ensenada llegó a censar en 1752 treinta y cuatro
molinos de viento en este municipio manchego.
«Ciudad de Principes, y refugio de Quevedo»
«El archivo de las grandes batallas navales de España»
«Una de las plazas más bonitas de La Mancha»
«La capital de la llanura manchega»
«las minas de los banqueros alemanes y holandeses»
En el Valle de Alcudia se encuentra Almadén, localidad ligada a la minería desde tiempos remotos, teñidos del rojizo cinabrio de sus pinturas rupestres. Los romanos abren esa tierra para exprimirla del preciado metal codiciado en el imperio como tinte, cosmético o ungüento. Desde aquellos tiempos y a pesar de los devaneos de la explotación o la demanda, Almadén ha producido la tercera parte del mercurio consumido por la humanidad.